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YOGA Y VÍAS MIOFASCIALES. LAS

¿CÓMO DEFINIRÍAS TU CUERPO?
Esta pregunta ha estado en la mente de los estudiosos del cuerpo durante mucho tiempo. La respuesta durante muchos años ha sido que el cuerpo es una fantástica “máquina” bien engranada y donde cada parte está perfecta coordinada y entrenada para realizar su función. En cierto modo, esto es cierto pero los avances en el estudio de las Fascias nos han ayudado a entender que como bien indica Tom Myers, nuestro cuerpo es más parecido al de una planta que al de una máquina. Hoy en día se sabe que 70 trillones de células están envueltas por una red fascial fluida y acuosa que por un lado nos aporta coherencia e integración y por otro permite nuestro movimiento y coordinación.
Gracias a las fibras de nuestro tejido fascial (colágeno y elastina principalmente) nuestro cuerpo se mantiene unido como un todo. Gracias al componente acuoso, nuestro tejido es elástico, móvil y protector. En aquéllas zonas de tu cuerpo donde hay mayor densidad fibrosa y la matriz es más seca, la circulación sanguínea es menor y se acumulan toxinas. ¿Y cómo podemos hacer para que las fibras estén más dispersas y la matriz más humeda? Hay varias medidas. Puedes tomar un baño de sal o puedes hacer una práctica de Yoga estática con estiramiento activo (p. ej. Yoga restaurativo de Iyengar o Yin Yoga, procedente del conocimiento taoísta llegaron a esta conclusión). Con la práctica continuada, la parte acuosa se vuelve más fluida favoreciendo la movilidad y deslizamiento mientras que las fibras se adelgazan y se deshacen los nudos que generan frecuentemente dolor (puntos gatillo).
Pero estirar activamente no es el único modo en el que podemos modificar nuestro tejido fascial. Las conocidas Vías Miofasciales de Myer son líneas de tejido conectivo que conectan músculos formando cadenas. Estilos de Yoga más activos también influyen en estas cadenas, liberando agua sobrante (sudor) así como mejorando la circulación sanguínea en los músculos y la conciencia corporal (propiocepción). Se ha demostrado que mantener las posturas entre 5 – 10 respiraciones mediante tonificación excéntrica también modifica la fascia. Cuando realizamos tonificación isométrica y concéntrica estamos favoreciendo la circulación principalmente a nivel muscular.
Entonces…¿de qué modo trabajo las vías miofasciales? ¿Tonificación concéntrica, isométrica, excéntrica o estiramiento? Todas son válidas dependiendo de lo que pretendas buscar.
Conociendo nuestros hábitos posturales podremos corregirlos con una adecuada práctica de Yoga centrada en el alineamiento postural y el estiramiento.
Analicemos las dos posturas de la imagen. Ambas son muy útiles para trabajar en la Línea Anterior Superficial LAS.
 
* Utkatasana a la izquierda permite tonificar los músculos implicados en la línea. Cuando la realices, observa cómo se fortalecen los tibiales anteriores, activa los cuádriceps y el centro abdominal. Un modo de observar que la hacemos adecuadamente es llevar la mano a la zona lumbar y reconocer una curvatura saluable. Si estamos generando una hiperlordosis estamos activando la musculatura del cuadrado lumbar en lugar de activar el recto abdominal. Disminuye un poco dicha curva (ayúdate con el movimiento de la pelvis) y siente cómo llevas tu activación al abdomen.
Al ejecutar posturas que tonifiquen los músculos implicados en la LAS ganamos en integración y conciencia corporal de nuestro centro.
 
* Supta Virasana a la derecha estira completamente la línea. Puede ser realizada con la ayuda de apoyos tanto bajo los glúteos como la espalda para el nivel de cada persona. Cuando la realices siente cómo se estira la línea desde el dorso del pie, tibial anterior y cuádriceps así como el abdomen y el pecho. Mantener esta postura varias respiraciones de un modo continuado permite que la LAS se vuelve más flexible y móvil.
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